Urgencias sin descanso: más horas para menos contratos, factura en salud y seguridad.

La evidencia es consistente: jornadas prolongadas y turnos nocturnos alteran la fisiología, aumentan la fatiga y se asocian con más eventos cardiovasculares y errores clínicos. España negocia limitar las guardias médicas a 17 horas y reforzar descansos, aún con aplicación desigual. En Urgencias —hospitalarias y prehospitalarias— la organización del tiempo no es un detalle laboral, sino un determinante de seguridad del paciente y de salud laboral. Este texto revisa datos clave y contrasta la propuesta normativa con lo que sabemos sobre riesgos y buenas prácticas. Organización Mundial de la Salud Employment, Social Affairs and Inclusion

Trabajar muchas horas eleva el riesgo de patología cardiovascular y deteriora parámetros metabólicos y del sueño. La OMS y la OIT estimaron que, en 2016, el exceso de horas (≥55 semanales) se asoció con 745.000 muertes por ictus y cardiopatía isquémica; el riesgo relativo de ictus aumentó un 35% y el de muerte por cardiopatía un 17% frente a jornadas de 35–40 horas. El hallazgo sitúa el tiempo de trabajo como un factor mayor de carga de enfermedad laboral. Organización Mundial de la Salud

Europa fija un tope de 48 horas semanales (promediables) y descansos mínimos: 11 horas diarias y 24 horas semanales (35 continuadas sumando ambos). Estos estándares pretenden reducir la deuda de sueño y limitar los tramos de trabajo continuo, especialmente sensibles en trabajos de alto riesgo como la asistencia urgente. Employment, Social Affairs and Inclusion

En España, el borrador de reforma del Estatuto Marco propone limitar la guardia a 17 horas y prohibir que vaya precedida o seguida de jornada ordinaria cuando se supere ese umbral, con descanso garantizado posterior. La medida pretende sustituir las guardias de 24 horas —aún presentes en múltiples servicios— por esquemas más seguros. Sin embargo, su despliegue real, el cómputo como tiempo efectivo y la regulación de las “localizadas” siguen en debate. Mientras tanto, la jurisprudencia ha reconocido descansos reforzados tras guardias de 24 horas en determinados supuestos. Ministerio de Sanidad iSanidad

La seguridad del paciente también está en juego. Ensayos y estudios observacionales han mostrado más errores graves cuando los residentes trabajan turnos extendidos (≥24 horas) y menos fallos atencionales al eliminarlos, aunque trabajos posteriores han matizado la magnitud del efecto. La síntesis reciente de AHRQ sobre fatiga de clínicos refuerza la relación entre sueño insuficiente y daño potencial, y en Urgencias factores como interrupciones y multitarea se asocian con más errores de prescripción. qualitysafety.bmj.com New England Journal of Medicine New England Journal of Medicine 

Para los profesionales, la exposición crónica a turnos largos y nocturnos se vincula con burnout elevado y mayor intención de abandonar la especialidad. Además, el trabajo nocturno ha sido clasificado por IARC como “probablemente carcinógeno” (Grupo 2A), subrayando que el problema trasciende el cansancio pasajero. En Urgencias, donde las decisiones son tiempo-dependientes, gestionar la fatiga es gestionar riesgo clínico. eusem.org

Conclusión: limitar horas continuadas, garantizar descansos reales y rediseñar rotaciones circadianamente sensatas no es una concesión laboral, sino una política de seguridad del paciente y de salud pública que requiere plantillas suficientes y métricas de cumplimiento auditables.

Resumen

Los datos son claros y exigentes con la organización: largas jornadas y noches repetidas deterioran la salud de los equipos y aumentan el riesgo clínico. La OMS/OIT cuantifica el impacto (745.000 muertes atribuibles a exceso de horas), y la normativa europea fija techos y descansos que España debe traducir en calendarios reales, no en papel mojado. Limitar guardias a 17 horas y evitar “dobletes” antes/después es un paso razonable, pero insuficiente si no se computa todo el tiempo como trabajo efectivo, se regula la localizada y se financia el reemplazo. En Urgencias —nodo de alto riesgo— la fatiga no es épica; es un vector de error. Solidaridad con profesionales y pacientes implica exigir diseño de turnos seguro, descanso protegido, plantillas estables y evaluación pública de cumplimiento. Sin esto, perpetuamos un modelo que normaliza lo anómalo y traslada costes en forma de eventos evitables. Organización Mundial de la Salud+2Employment, Social Affairs and Inclusion

Visión Troponina.com

Como médico de Urgencias, no dejo de ver que las inercias administrativas premian el exceso de horas y las guardias largas porque abaratan la cuenta: un profesional exprimido sustituye a dos contratos. Ese ahorro contable traslada costes reales —fatiga, absentismo, errores, rotación, indemnizaciones— al personal y a los pacientes. La retórica de la “vocación” enmascara una financiación que descuenta descanso y formación como si fueran extras. La Administración invoca “falta de médicos” mientras mantiene OPEs lentas, plantillas infradotadas y cómputos de jornada opacos; y tolera una economía sumergida de prolongaciones no registradas. Es un problema de gobernanza: si la métrica es ejecutar presupuesto, el incentivo es alargar turnos; si lo fueran seguridad y resultados, el mapa cambiaría. La responsabilidad es institucional: quien diseña horarios sin límites efectivos y sin descanso protegido es corresponsable del riesgo que produce.

Ficha de la fuente

Medio: National Geographic (edición global)
Autor/a: Rachel Fairbank
Fecha: 2 de agosto de 2024
Enlace: https://www.nationalgeographic.com/science/article/working-long-hours-health-effects nationalgeographic.com

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