ETCO₂ prehospitalario: una señal temprana para priorizar el shock hemorrágico y salvar tiempo

Un estudio reciente en la Revista Española de Urgencias y Emergencias explora el valor del ETCO₂ medido en el ámbito prehospitalario como predictor en el shock hemorrágico. Los autores hallan que valores bajos de ETCO₂ se asocian con mayor necesidad de hemoderivados y peor supervivencia, lo que sugiere que la capnografía puede guiar decisiones críticas desde el primer contacto. Más allá de la fisiología, el mensaje es operativo: identificar hipoperfusión de forma sencilla para activar recursos, priorizar traslados y reducir demoras que hoy siguen costando vidas y agotando a los equipos.

El trabajo analizado evalúa si el ETCO₂ registrado por equipos de emergencias extrahospitalarias puede anticipar desenlaces adversos en pacientes con sospecha de shock hemorrágico. Frente a marcadores clásicos que requieren laboratorio, la capnografía ofrece una lectura inmediata y no invasiva del intercambio gaseoso y, de forma indirecta, del gasto cardiaco efectivo y la perfusión tisular. En el estudio, niveles de ETCO₂ más bajos en la primera atención se asociaron con mayor probabilidad de transfusión de hemoderivados y con incremento de la mortalidad intrahospitalaria. [Tamaño muestral, punto de corte y ajustes multivariables: dato no corroborado.]

La implicación clínica es clara: un ETCO₂ bajo puede funcionar como “bandera roja” para priorizar la evacuación rápida, activar de inmediato al hospital receptor (quirófano de control de daños, radiología intervencionista, banco de sangre) y ajustar la estrategia de resucitación (protocolos de transfusión masiva, limitación de cristaloides y resucitación hipotensiva cuando proceda). En sistemas con dispersiones geográficas y recursos limitados, disponer de un indicador continuo y barato que integre perfusión y ventilación añade valor táctico: ayuda a decidir destino (centro con capacidad quirúrgica) y a sostener la priorización durante el transporte.

El estudio también recuerda los límites: el ETCO₂ puede verse afectado por hiperventilación, uso de vasopresores, alteraciones pulmonares previas o intubación reciente. Por ello, su utilidad máxima aparece cuando se interpreta en contexto junto a signos clínicos (estado mental, piel, pulsos), tensión arterial, lactato si está disponible y, sobre todo, la trayectoria del valor en el tiempo. Una caída persistente del ETCO₂ pese a las intervenciones es un mensaje inequívoco para intensificar la respuesta.

Para los profesionales, incorporar de forma sistemática la capnografía —con cánulas nasales o en la vía aérea avanzada— no solo mejora la monitorización; también da un lenguaje común entre SAMU y hospital que reduce fricción y tiempos muertos. Requiere formación, mantenimiento de equipos y protocolos compartidos. Para los pacientes, el beneficio es tangible: menos demora en decisiones críticas, derivaciones más acertadas y mayor seguridad.

En suma, la capnografía prehospitalaria no sustituye al juicio clínico, pero aporta un número útil que condensa fisiología y urgencia. Convertir ese número en decisiones consistentes es tarea de los sistemas: dotación, entrenamiento y protocolos que escalen con rapidez. [Datos de validación externa: dato no corroborado.]

Resumen

El ETCO₂ medido por los equipos prehospitalarios se perfila como un predictor práctico en el shock hemorrágico. Valores bajos en la primera atención se asociaron con mayor requerimiento de hemoderivados y mayor mortalidad. Como tecnología barata y disponible, la capnografía puede servir para: 1) identificar hipoperfusión de forma temprana; 2) activar de inmediato recursos hospitalarios críticos; 3) decidir mejor el destino del paciente; y 4) monitorizar la respuesta a las intervenciones durante el transporte. Sus límites son conocidos —influencia de ventilación, fármacos y patología pulmonar—, por lo que debe interpretarse junto a signos clínicos y otros marcadores. Para los profesionales, estandarizar su uso acorta tiempos y mejora la coordinación entre SAMU y hospital; para los pacientes, se traduce en itinerarios más seguros y eficientes. La clave pasa por dotación, formación y protocolos que conviertan un valor capnográfico en decisiones rápidas y consistentes. [Puntos de corte exactos: dato no corroborado.]

Visión Troponina.com 

Como urgenciólogo, veo el ETCO₂ prehospitalario como ese “número útil” que condensa perfusión y ventilación en tiempo real. No es un oráculo, pero sí un acelerador de decisiones: si al primer contacto el ETCO₂ está bajo y desciende pese a medidas iniciales, mi umbral para activar transfusión masiva, derivar a centro con cirugía de control de daños y priorizar la evacuación se vuelve mucho más bajo. La clave es contexto y trayectoria: valor absoluto + tendencia + escena + mecanismo lesional. Evitar hiperventilar, usar cánula nasal capnográfica en no intubados y documentar ayuda a reducir problemas. Propondría un “bundle capno-first”: ETCO₂ en continuo, estado mental, pulso periférico, PA, control de hemorragia y, cuando exista, eFAST en ruta. Es barato, enseñable y equitativo: puede homogeneizar el triaje entre entornos rurales y urbanos. Falta validación multicéntrica y puntos de corte robustos, pero la dirección es correcta.

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