Un protocolo de urgencias con inmersión en agua fría salva vidas frente al golpe de calor

El golpe de calor, cada vez más frecuente por el cambio climático, supone una amenaza grave para pacientes y un reto crítico para los equipos de urgencias. La revista Annals of Emergency Medicine publica la experiencia de un hospital estadounidense que implantó un protocolo de inmersión en agua fría, logrando enfriar con rapidez y reducir complicaciones. El estudio subraya la necesidad de dotar a los servicios de urgencias de recursos, formación y apoyo estructural para responder a emergencias climáticas que ya son sanitarias.


El golpe de calor, una de las emergencias médicas más graves vinculadas al cambio climático, está en aumento. Según Annals of Emergency Medicine, un equipo de urgencias en Estados Unidos ha desarrollado e implantado un protocolo innovador basado en la inmersión total del cuerpo en agua fría, con resultados alentadores tanto en la reducción de la temperatura central como en la supervivencia de los pacientes.

La investigación describe paso a paso cómo se implementó este procedimiento durante el verano de 2023, en un contexto en el que las temperaturas extremas han elevado la incidencia de casos críticos. El protocolo establece que los pacientes con alteración del estado mental y temperatura corporal central superior a 40 °C deben ser sometidos de forma inmediata a inmersión en agua fría, bajo monitorización continua. El objetivo es reducir la temperatura a rangos seguros lo más rápido posible, minimizando el riesgo de fallo multiorgánico.

El artículo detalla cuestiones prácticas poco descritas en la literatura previa: cómo seleccionar a los pacientes, cuánta agua y hielo se necesita, qué temperatura final perseguir y cuándo suspender el enfriamiento. También se abordan las complicaciones potenciales y la logística necesaria para aplicar el protocolo en un servicio de urgencias, desde la infraestructura hasta la formación del personal.

Los resultados obtenidos durante tres años de aplicación muestran que el enfriamiento rápido por inmersión no solo es factible en un entorno hospitalario, sino que también mejora los desenlaces clínicos de manera significativa. Además, se enfatiza la importancia de la colaboración multidisciplinar —médicos, enfermería y personal auxiliar— y la necesidad de adaptar espacios y protocolos a un escenario de crisis climática creciente.

El estudio alerta de que el golpe de calor ya no puede considerarse un evento aislado, sino una consecuencia previsible del calentamiento global. La implementación de protocolos de este tipo podría marcar la diferencia en la atención urgente, especialmente en sistemas sanitarios tensionados por olas de calor cada vez más frecuentes. Para los profesionales, supone un desafío añadido a su ya elevada carga asistencial: la necesidad de respuestas rápidas, entrenamiento específico y recursos materiales adecuados.

La experiencia descrita no solo ofrece un modelo replicable en otros hospitales, sino que también reclama a las administraciones una planificación urgente para proteger tanto a la ciudadanía como al personal sanitario en la primera línea de esta emergencia climática.


Resumen

El artículo de Annals of Emergency Medicine presenta un protocolo de inmersión en agua fría desarrollado en un servicio de urgencias estadounidense para tratar golpes de calor graves. Esta técnica, aplicada a pacientes con alteración mental y temperaturas superiores a 40 °C, permite enfriar rápidamente y reducir complicaciones como fallo multiorgánico. El estudio describe con detalle los criterios de aplicación, la logística necesaria y los resultados obtenidos durante tres años. Más allá del avance clínico, el trabajo refleja los retos que afrontan los equipos de urgencias: infraestructuras que deben adaptarse, formación continua y presión asistencial agravada por el cambio climático. En un contexto de olas de calor crecientes, este protocolo representa un ejemplo de innovación aplicable a otros hospitales, pero también una llamada de atención a las administraciones, responsables de garantizar que los profesionales dispongan de medios para salvar vidas sin exponerse a condiciones precarias.


Visión Troponina.com

Como médico de urgencias, leo esta publicación con una mezcla de esperanza y preocupación. Esperanza, porque confirma que el enfriamiento rápido con inmersión puede salvar vidas; preocupación, porque exige recursos y voluntad política que a menudo escasean. El golpe de calor no es ya un accidente aislado de deportistas o trabajadores expuestos: es una emergencia pública ligada al cambio climático. En primera línea, enfermeras y médicos necesitamos formación, equipos preparados y protocolos claros. Lo que se describe en este artículo debería inspirar a hospitales de todo el mundo, pero también abrir un debate: ¿cómo protegeremos a la población vulnerable cuando las olas de calor se vuelvan rutina? Urge repensar la medicina de urgencias desde la perspectiva climática, garantizando que ni pacientes ni profesionales enfrenten solos esta amenaza.


Ficha de la fuente

Medio: Annals of Emergency Medicine
Autor/a: Comp G, Pugsley P, Sklar S, Akhter M, McElhinny M, Erickson E, et al.
Fecha: enero de 2025
Enlace: Annals of Emergency Medicine

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